desde la montaña...
Lentamente el cuerpo recobra ese salar de ilustraciones. Palido y descontento, esta el rebote de la infinidad de necesidades inventadas, realmente No necesarias. Destronamos los sonidos crepuscularers de nuestro ser cansado y rebotante, q exige conocer su ultima morada diaria, quiere saber donde dormira. Aun entre esos ojos incolumnes, entre tus brazos perpetuos, y tus besos fraguados desde el otro lado... camino....
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